Chubut es una provincia que presenta problemas estructurales cada vez más graves, que en muchas ocasiones se combinan con los coyunturales que van surgiendo ante la aparición de dificultades como la pandemia o las oscilaciones del precio del petróleo.
La pobreza en la provincia aumentó 70% en los últimos cuatro años, el desempleo sigue golpeando con fuerza y la deuda creció un 300% en ese período y los ingresos propios que genera Chubut cada vez tienen menos incidencia en las arcas provinciales.
Ahondar y generar soluciones a estas problemáticas medulares parece no ser una prioridad explícita para la clase política dirigente chubutense, que se enfoca pragmáticamente en su objetivo de acceder a una banca en esta disputa electoral y -en el mejor de los casos- se conforma con hablar pestes de los candidatos de las otras listas.
Pobreza en escalada
La pobreza se ha convertido, al igual que en el resto del país, en uno de los problemas estructurales de Chubut. La cantidad de pobres crece año a año y no aparecen soluciones en el horizonte de una provincia rica en recursos naturales pero que está cada vez más empobrecida.
La última medición efectuada por el INDEC mostró que en Chubut se contabilizaban 122 mil personas por debajo de la línea de la pobreza; de las cuales 75 mil correspondían a Comodoro Rivadavia y casi 47 mil a Trelew y Rawson.
El índice de pobreza fue durante el segundo semestre de 2020 de 31,7% en Comodoro y de 32% en Trelew junto a Rawson. Más de un tercio de la población de los dos aglomerados urbanos de Chubut no consigue juntar los ingresos necesarios para cubrir las necesidades básicas y escaparle a la pobreza.
Cuatro años atrás, en el segundo semestre de 2016, los pobres de la provincia eran poco más de 73 mil. De ese total, 34 mil se localizaban en Comodoro y 38 mil en Rawson y Trelew. La tasa de pobreza era de 15,7% en Comodoro y 28% en Rawson y Trelew.
En conjunto, en esos dos conglomerados urbanos de Chubut la pobreza aumentó 70% en solamente cuatro años. Si se lleva la comparación hasta el segundo semestre de 2006 los incrementos abruman. La pobreza era de 10,6% en Comodoro y tuvo un aumento de 220% en quince años; mientras que en Trelew y Rawson llegaba a 20,6%, generando un incremento del 55% en tres lustros.
Generar mecanismos de contención ante la emergencia alimentaria y social es una tarea pendiente de la clase dirigente, pero más aún lo es romper con el entramado de pobreza que se agranda capa sobre capa y que petrifica a miles de chubutenses que con y sin trabajo no logran romper el cerco de la pobreza.
La deuda eterna
El endeudamiento provincial es otra de las problemáticas que parece no tener salida, y es una variable que se mantuvo en constante aumento en Chubut. Tomar deuda en pesos y dólares se ha convertido en una insana costumbre de la clase política, que recurrió al endeudamiento para hacer funcionar al Estado provincial.
2020 cerró con un endeudamiento chubutense que ascendió a los 85.436 millones de pesos, que representaron 1.150 millones de dólares en deuda.
Respecto de 2016 la deuda medida en moneda nacional aumentó 316%, tras haberse ubicado ese año en los 20.542 millones de pesos o 1.296 millones de dólares.
Si se comparan los datos actuales con los de 2000 se observa que el salto de la deuda llegó al 8.000%, debido a que hace 15 años el endeudamiento era de 1.054 millones de pesos. Midiéndola en moneda estadounidense la deuda provincial creció 235% en tres lustros como consecuencia de haberse ubicado en 343 millones de dólares en 2006.
Si bien la política de endeudamiento ha sido una constante durante décadas, se profundizó en los últimos años y contó con el aval opositor para que ese mecanismo de obtención de fondos fuera una de los únicos posibles.
Los ingresos en baja
El tercer ítem del combo explosivo que dominan los problemas de Chubut está dado por la falta de capacidad política para encarar un programa de aumento de ingresos provinciales.
Hoy en día los ingresos cobrados con impuestos propios representan para las arcas de la provincia apenas 19% del total de los ingresos que tuvo Chubut en el primer trimestre de este año. Las regalías petroleras tuvieron una incidencia de casi 23%. Sumados, ambos rubros significaron 42% de los ingresos.
En el mismo período de 2020 había representado el 42,3% de total de los fondos con que contó la provincia y en 2019 fueron idénticos al año actual.
Cuando se extiende la comparación hacia atrás se observa que en 2016 los impuestos propios y las regalías representaban 39,5% y respecto de 2006 se nota una diferencia más que considerable, porque hace tres lustros ambos rubros significaban el 55% de todos los ingresos chubutenses. Es evidente el notorio descenso de la incidencia de las regalías, que por aquel entonces representaban 40% de los ingresos.
La ausencia de políticas claras para ampliar la base de ingresos propios provinciales se vino desarrollando durante las últimas décadas y puso a las cuentas públicas frente a déficits constantes que se multiplicaron en crisis permanentes, justificaciones para tomar endeudamiento y evitar afectar al sector privado con mayores tributaciones que posibiliten salir del rojo en las arcas públicas y atender los profundos problemas de pobreza, desocupación y falta de alternativas hacia el futuro.