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El kirchnerismo juega su última carta antes del recambio del Congreso y busca dictaminar en el juicio político a la Corte

Tras el fracaso electoral de Unión por la Patria, el kirchnerismo jugará su última carta antes del recambio del Congreso y convocó para el próximo martes a la comisión de Juicio Político de Diputados con la intención de emitir dictamen de mayoría contra los ministros de la Corte Suprema de Justicia, a los que acusa de mal desempeño en la función pública, en un proceso que se inició a fines de enero de este año.

El oficialismo llega a esta instancia con algunas dudas, ya que los massistas Micaela Morán y Ramiro Gutiérrez no estaban tan seguros de firmar el dictamen de mayoría. Es claro que el ala dura del kirchnerismo puede reemplazar a los dos diputados, pero para eso los representantes del Frente Renovador deben presentar la renuncia a esa comisión.

Por eso, en la oposición entienden que el desenlace del proceso de juicio político a la Corte puede empezar a marcar las posiciones dentro de lo que será el bloque de Unión por la Patria a partir del 10 de diciembre, cuando asuman los nuevos diputados. Pero también es cierto que no es costumbre de la bancada que comanda Germán Martínez convocar a una comisión para tratar un tema central sin tener todas las firmas aseguradas.

Vale recordar que el dictamen de la comisión que preside Carolina Gaillard se había postergado hasta después del balotaje por pedido del propio Massa para que no afecte su campaña, ya que la intención del oficialismo era dictaminar antes del 17 de noviembre, ya que el 20 era el último día para dictaminar. Al demorarse el despacho de comisión, el Ejecutivo tuvo que prorrogar el período ordinario hasta el 9 de diciembre, lo que trasladó la fecha límite para emitir despacho al 29 de este mes.

Tras el sacudón electoral que sufrió el domingo, el kirchnerismo se recluyó en el Congreso y evitó hacer cualquier definición política, más allá de la reunión que Cristina Kirchner mantuvo en el Senado con su sucesora, la vice electa Sandra Villarruel. Por eso, lo que ocurra el martes será un primer indicio de cómo está la interna de Unión por la Patria.

En el mundo judicial ven esta maniobra del oficialismo como «una demostración de poder de Cristina». «Ganó Milei, pero la vicepresidenta quiere batallar desde el Poder Legislativo», es la interpretación que hizo una alta fuente de Tribunales. Y para fundamentar esa opinión señalaron que de los 16 diputados que tiene el oficialismo en la comisión hay al menos una docena que responden a la ex presidenta. Rodolfo Tailhade, Leopoldo Moreau, Eduardo Valdés, Hugo Yasky y Vanesa Siley, son algunos de los diputados K que forman parte de la comisión.

El diputado Rodolfo Tailhade, uno de los operadores del juicio político a la Corte. Foto: Matías Martín Campaya.El diputado Rodolfo Tailhade, uno de los operadores del juicio político a la Corte. Foto: Matías Martín Campaya.A esto hay que agregarle que la conformación de las listas de Diputados y el Senado para las elecciones de este año fueron ocupadas en los principales puestos por candidatos K. Y en la Cámara baja, de los 108 diputados que integrarán el bloque desde el 10 de diciembre casi un tercio son del riñón del cristinismo.

Por eso, el avance sobre la Corte también es un mensaje al interior de Unión por la Patria, para ordenar a la tropa después del balotaje y, sobre todo en medio del clima de incertidumbre que instaló Milei por los acuerdos que el libertario quiere cerrar con otros sectores para garantizar la gobernabilidad.

¿Qué harán los dos diputados massistas?

Pero más allá de eso, la atención está puesta en qué harán los dos diputados massistas ya que puede determinar de qué lado se para Sergio Massa frente a un tema tan controvertido como el juicio a la Corte. Fuentes parlamentarias evitaron dar definiciones sobre qué harán Morán y Gutíerrez, y sólo anticiparon que recién el lunes podría haber alguna definición.

Si los massistas no firman y no son reemplazados, el dictamen de mayoría sería para Juntos por el Cambio, que rechazó in limine el juicio a la Corte al tiempo que acusó al oficialismo de querer «alterar el orden democrático» y buscar «disciplinar» a los jueces.

En tanto, el lavagnista  Alejandro «Topo» Rodríguez anticipó que presentará un dictamen propio en el que resuelve «no hacer lugar al pedido de juicio político a los señores ministros de la Corte», por considerarlo «improcedente» y solicita que se archive todo lo actuado en el marco de la comisión.

En el ámbito judicial entienden que no hay elementos para avanzar con la destitución de los jueces y acusan a los K de caer en una contradicción. «El kirchnerismo ha planteado que si la condenan a Cristina van a la Corte Interamericana, que dice que los jueces no pueden ser condenados por sus fallos«, apuntó la fuente, en alusión a que una de las causales del proceso que se desarrolla en Diputados se sustenta en los fallos de la Corte 2×1 que benefició a represores acusados de los delitos de lesa humanidad; coparticipación porteña y Consejo de la Magistratura.

Más allá de lo que se ventiló en las audiencias de la comisión de Diputados, pruebas que en su mayoría no llegaron a la justicia, en el mundo judicial coinciden que parte del proceso se sustentó en supuestos chats que fueron calificados como «ilegales» por la justicia y que vincularon a Silvio Robles, secretario de Horacio Rosatti, con el ex ministro de Seguridad porteño Marcelo D’Alessandro.

Los jueces de la Corte Horacio Rosatti y Carlos Rosenkrantz. Fotos: Emmanuel FernándezLos jueces de la Corte Horacio Rosatti y Carlos Rosenkrantz. Fotos: Emmanuel FernándezTras cumplirse la etapa de recolección de pruebas, el oficialismo dio traslado de la causa a los jueces de la Corte para que hagan su descargo. Pero sólo Rosatti y Carlos Rosenkrantz, presidente y vice del máximo tribunal, respondieron por escrito a las acusaciones rechazando los argumentos del oficialismo, al tiempo que plantearon que fue un “proceso teñido de irregularidades” que violó la garantía de defensa y que tuvo como fin removerlos por el contenido de sus sentencias.

Juan Carlos Maqueda y Ricardo Lorenzetti, los otros dos jueces acusados, optaron por no responder ni presentar su descargo de manera presencial ante la comisión parlamentaria.

Pero cuando el proceso de enjuiciamiento ingresó en su tramo final, un informe judicial vinculó al diputado ultra K Rodolfo Tailhade con el escándalo del espionaje a jueces de la Corte, políticos y funcionarios a partir de un nueva pericia informática que confirmó su relación con espías dedicados a estas maniobras ilegales.

Pero más allá de esos datos, si finalmente el kirchnerismo logra dictaminar es casi imposible que la propuesta llegue al recinto con la actual composición de Diputados. Sin embargo, lograría evitar que se caiga definitivamente el proceso. Con la firma del despacho lo podría tratar la nueva Cámara después del 10 de diciembre, si Milei convoca a extraordinarias.

No obstante, como la Cámara de Diputados quedará dividida en tres polos de poder a partir del próximo período, es muy complejo que se pueda avanzar con la destitución de los jueces de la Corte, ya que se necesita de una mayoria especial, los dos tercios de los presentes, para aprobarlo y girarlo al Senado, que juzgaría a los ministros.

Mientras el kirchnerismo busca dictaminar sobre el juicio a la Corte, la vicepresidenta tendrá que enfrentar el próximo año dos juicios orales: Memorándum con Irán y Hotesur-Los Sauces. Y aún quedaría pendiente el caso Cuadernos.

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