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Cuidado con el calor si tomas medicación

Aunque cada vez hay más población que conoce los consejos para afrontar las altas temperaturas, que desde mayo hasta incluso entrado el otoño se soportan en Córdoba, la sanidad pública andaluza pone en marcha desde hace años, entre mayo y septiembre, un plan específico para vigilar, sobre todo, a los grupos de mayor riesgo ante el calor y para prevenir los efectos del calor excesivo en la ciudadanía. 

El enfermero gestor de casos de residencias de mayores y centros sociosanitarios del distrito Córdoba-Guadalquivir Rafael Molero señala que, dentro de esta vigilancia y comunicación de consejos para no sufrir los efectos del calor extremo, uno de los aspectos que los profesionales encargados de esta supervisión (enfermeras gestoras de casos, de atención primaria y escolares, fundamentalmente, con la colaboración de trabajadores sociales, entre otros colectivos) tienen más en cuenta es controlar, durante el verano, que la población más sensible a la subida del termómetro se tome de forma correcta la medicación que necesita. 

Un termómetro de Córdoba.

Un termómetro de Córdoba. / CÓRDOBA

Grupos que reciben vigilancia

Esta población de riesgo comprende a bebés y niños de corta edad, mujeres embarazadas y al creciente número de cordobeses que está polimedicado o que presenta deterioro cognitivo, debido a la mayor esperanza de vida. Dentro de esa población polimedicada destacan personas con demencia y deterioro cognitivo, insuficiencia cardiaca, renal o respiratoria, con hipertensión, diabetes i EPOC.

El enfermero gestor de casos Rafael Molero, durante una actividad para concienciar sobre los riesgos del calor.

El enfermero gestor de casos Rafael Molero, durante una actividad para concienciar sobre los riesgos del calor. / CÓRDOBA

 En esta línea, Molero hace hincapié en que el grupo de profesionales de enfermería que se encarga de esta vigilancia comprueba, por un lado, que las personas que toman determinadas medicinas están tolerando bien su tratamiento, a pesar de la subida del termómetro y que se encuentran bien hidratadas, ya que el ascenso del mercurio, combinado con ciertos fármacos, puede reducir la sensación de tener sed, a la vez que la exposición al sol puede causar reacciones cutáneas cuando se toma cierta medicación fotosensibilizante. 

Refrigeración adecuada de la medicación

Por otro lado, estos enfermeros supervisan si los fármacos que tienen indicados estas personas de más riesgo se conservan de forma correcta en los domicilios o desplazamientos que puedan realizar, para asegurarse que dicho tratamiento realiza su función, ya que existe medicación que requiere no perder la cadena del frío ni sufrir alteraciones bruscas de temperatura que le harían perder eficacia. 

Actividad informativa sobre ola de calor en una residencia de mayores de Córdoba.

Actividad informativa sobre ola de calor en una residencia de mayores de Córdoba. / CÓRDOBA

Este enfermero gestor de casos apunta que, aunque la Junta hace en Córdoba un especial seguimiento a 982 personas que padecen mayor riesgo debido a factores personales, laborales, ambientales o locales, entre otros, en todas las áreas sanitarias de la provincia se vienen llevando a cabo desde hace meses charlas informativas para explicar a la población de más riesgo cómo saber identificar las consecuencias negativas que puede causar el calor si no se adoptan unas medidas adecuadas. Dicha formación se ha impartido en centros educativos, residencias de mayores, centros sociosanitarios de mayores y de personas con discapacidad, unidades de día, a cuidadores o en asociaciones. 

Atención a personas solas o que no reciben visitas

Dentro de esta vigilancia de la población más susceptible a sufrir los efectos de las temperaturas extremas, se presta especial atención a mayores de 65 años, gestantes, personas sin hogar o incluidas en el circuito asistencial de trastorno mental grave, así como niños menores de 4 años y lactantes. En un segundo grupo se encuadran personas mayores que viven solas o con una pareja en las mismas condiciones y en un tercer apartado están mayores que viven solos o con su pareja y que no reciben visitas. A toda esta población y también en residencias, centros sociosanitarios, entre otros, existe y se traslada información sobre en qué consiste un golpe de calor, un episodio de estrés o agotamiento por calor y los pasos que deben seguirse para evitarlos o para pedir asistencia sanitaria.

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