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Nueva secundaria: en cuánto tiempo llegará a todas las escuelas y las claves de los cambios

Secundaria Aprende, el nombre del plan con el que la Ciudad asegura hará una transformación del nivel medio a un “sistema de aprendizaje centrado en el estudiante”, implicará que ya no se repetirá el año. También, que las materias se organicen en troncales y talleres, con una enseñanza personalizada que buscará erradicar la figura del “profesor taxi”.

En una entrevista con Clarín, la ministra de Educación porteña, Mercedes Miguel, explicó los cambios que comenzarán en los colegios “pioneros” y que, estimó, en tres años llegarán a todas las secundarias porteñas.

–Un cambio importante del nuevo modelo pasa por la repitencia. ¿Qué implica la repitencia?

–La repitencia es el 1% de todo lo que estamos haciendo en Secundaria Aprende, un mecanismo que se utilizó durante décadas porque se creía que era beneficioso para el aprendizaje. Pero nosotros estamos trabajando en cuatro dimensiones. Una, cómo se organiza la escuela. La segunda, cómo se organiza el aprendizaje. La tercera, cómo se organiza la evaluación. Y la cuarta es cómo se organiza a los docentes. Todo lo que estamos haciendo es para mejorar la calidad y la profundidad del aprendizaje de los estudiantes. Para eso necesitamos que los docentes estén más horas en la escuela. Hoy hay un promedio de 150 docentes por escuela y cada profesor trabaja en un promedio de tres escuelas. Entonces, si no nos metemos con esto, que es la estructura más te diría de la organización de la escuela secundaria que la hace idéntica a la del siglo pasado, no nos estamos metiendo en verdad con ninguna innovación. Si no modificamos la manera en que se organiza a los profesores y sus clases, todo lo demás es una declaración. Repetir es volver a hacer lo que aprendí y lo que logré, y es algo que el mundo está soltando: los países que mejor les va en PISA no tienen la repitencia como un mecanismo de mejora.

–Entonces, ¿la repitencia ya no existe más?

–Sigue existiendo la repitencia porque el estudiante va a repetir esa asignatura que no pudo lograr las veces que sea necesario hasta que la logre. Lo que no va a hacer es volver a cursar y a rendir las que sí aprobó.

–¿Les van a ofrecer a los profesores que están en las escuelas pioneras tomar más horas allí y que suelten otras?

–Correcto. Así estamos trabajando. La planta orgánica funcional ya la están cerrando las 30 escuelas pioneras estatales y privadas. Cuando esté conformado eso que es lo más complejo, podemos empezar a trabajar en la capacitación a los docentes que vamos a hacer en octubre, noviembre, diciembre, febrero y todo 2025. Porque acá lo que más cambia la experiencia es que tu hijo ya no va a estar sentado en un aula mirando el pizarrón y con una pasarela de profesores con asignaturas que hacen que el estudiante aprenda compartimentadamente. Cambió el mundo, cambiaron los estudiantes, cambió la forma de comunicar y cambió la forma de aprender.

–¿Cómo va a ser una mañana promedio de esa escuela?

–Cada escuela va a diseñar su nuevo horario. Supongamos que los lunes tenés ciencias sociales y ciencias naturales. Bueno, en ciencias sociales van a entrar dos o tres profesores a tu espacio. Ya no vas a tener un pupitre mirando un pizarrón, vas a tener dos pizarrones, las paredes se van a escribir, las mesas se van a escribir, los profes van a entrar y te van a decir “Hoy vamos a trabajar en este proyecto que integra tres materias, dura dos meses, van a tener que aprender estos diez contenidos, y lo van a hacer en equipos: van a salir del aula, a recorrer y a investigar, y van a tener que aprobar porque cada dos meses van a tener una evaluación para pasar al proyecto de aprendizaje que sigue».

–¿Qué ejemplos de proyectos podrían ser?

–Tomemos el Mundial. ¿Qué países están? Históricamente, ¿qué les pasó? ¿Son monarquías, son presidencias? O podés juntar matemática, física y química, y hacés un proyecto de medición de polución sonora en la cuadra de tu escuela. O matemática aplicada al deporte: tenés toda la geometría en una cancha de fútbol. La idea es que los chicos tengan un aprendizaje más profundo, como diría Melina Furman, y más significativo. Hoy todo sucede en las escuelas, sobre todo bachilleres, con un profesor que habla 45 minutos parado al frente del aula y el estudiante en actitud pasiva. No se le pide ni siquiera que formule una buena pregunta. Y resulta que cuando salen al mundo del trabajo o a la universidad, necesitan desarrollar todas las habilidades de este siglo: trabajo en equipo, resolución de problemas, razonamiento crítico, y presentar con eficiencia una idea y defenderla. ¿En qué momento les enseñamos en la escuela, si están todo el día sentados escuchando a un adulto que les habla?

–¿El diseño de esos proyectos cada escuela lo hace con total autonomía? ¿Cómo se supervisa?

–Totalmente. Hoy sucede exactamente igual. Lo que no puede hacer una escuela es no dar los contenidos troncales obligatorios. ¿Qué va a decidir la escuela? Si Geografía la da con química y con física, o con historia y biología.

–Al desarrollar cada escuela su proyecto, ¿no va a depender de la capacidad y la voluntad de la comunidad educativa? ¿No puede generar que haya escuelas de primera y de segunda?

–Eso sucede hoy. Y a los hechos me remito. La inequidad del aprendizaje. Pero que tenga autonomía para enseñar no quiere decir que tenga autonomía para elegir qué enseñar.

–¿Cómo lo van a controlar?

–Como se controla. Hay un plan de estudios y es muy importante que esto quede claro. El contenido es el diseño curricular de la NES (NdR: Nueva Escuela Secundaria) y de ahí no nos movemos. Si vos eso lo aprendés en una plaza, en una escuela, pedaleando, jugando al fútbol, viendo una película o redactando una poesía, es indistinto. Lo que no es indistinto es que hay garantizar que ese estudiante comprende, explica y aplica esos contenidos. Hay una plataforma, además, donde cada profesor va a poder descargar una planificación modelo. A partir de la planificación viene la evaluación y nosotros no vamos a habilitar a un estudiante a que promueva la materia si no comprendió ese contenido. La materia previa, que es un saber previo no logrado, se elimina naturalmente con este modelo porque los chicos solamente avanzan si aprendieron.

–¿Y qué pasa cuando el chico no logra el aprendizaje de ese contenido? Pongamos un ejemplo. No aprueba matemática de 1° y pasa a 2°.

–No va a poder acceder a matemática de 2° si no rinde, aprueba y aprende matemática de 1°.

–¿Pero ahí se desarma el curso? ¿Vuelve a estudiar con el grupo de 1°?

–No, por eso es personalizado el aprendizaje. El estudiante promueve de 1° año a 2° año. Después del primer año de implementación de este modelo como no va a haber arrastre de saberes no logrados, ya del 2025 al 2026 todos los estudiantes van a promover sin ningún saber en en su mochila. En 2025, cuando nosotros abramos las escuelas pioneras y empiecen, seguramente en marzo vamos a tener chicos que se quedaron con previas del año pasado.

–¿Y eso continúa hasta que levante la previa?

–Lo van a ir aprobando en el en el transcurso del año. Vos hoy tenés un chico que está en 3° año, no aprobó matemática, pasa a 4° y lo sientan en la clase pero no hay ninguna posibilidad de que entienda lo que está sucediendo en matemática de 4° si debe la de 3°. Pero al sistema de hoy, eso no le importa. Con Secundaria Aprende, un alumno que no aprobó matemática de 3° va a pasar a 4° con sus compañeros, pero va a estar con su plan de aprendizaje de matemática de 3° hasta que la apruebe. No le va a demorar todo el año porque vamos a hacerle marca personal, porque el profe está más tiempo en la escuela, tiene refuerzo constante y se va a llevar tarea todos los días. Cuando aprende matemática de 3° recién le van a habilitar el plan de 4°.

–¿Qué instancias de aprobación va a tener de matemática de 3°?

–Permanente y constante, como en todos los sistemas educativos evolucionados del mundo. No hay instancias únicas de evaluación en un modelo como este. Cuando tenés diez objetivos para lograr y venís avanzando pero estás trabada, me voy a acercar y te voy a preguntar qué pasa. Y lo vamos a ver.

–¿Desaparece el examen?

–Hay un plan de aprendizaje que dura dos meses. Finalizado los dos meses vas a tener que rendir un examen escrito y oral. Cuando vos demostrás que aprobaste ese bimestre, te van a habilitar al que sigue. Hay mucho más examen que antes, los chicos van a estar observados constantemente en el avance de su aprendizaje.

–Pero supongamos que llegamos a diciembre y de las cuatro unidades, ese chico quedó trabado en la tercera. ¿Arranca marzo con la unidad 3 y 4 pendientes?

–Cuando terminan las clases el 30 de noviembre, tenés todo diciembre y todo febrero para profundizar y aprobar los planes de aprendizaje, hasta que logres superarlo.

–Pero entonces vos podés un alumno en 4º que todavía esté arrastrando los contenidos de 2° y 3°.

–No. Con el nuevo modelo va a ser imposible, por lo que te estoy diciendo de la correlatividad. Yo jamás te voy a habilitar el nivel 3 si vos no tenés el 2. Si vos llegaste a 4°, como mucho podés tener la de 3°. Es imposible con este modelo en el que te estoy mirando todo el tiempo y tenés períodos de profundización, profesor, preceptor, tutor, plan de aprendizaje personal cargado en una plataforma. Si llegaste a 4° y te quedaste con matemática de 2°, ¿qué tuvo que haber pasado todo 3° año para que no lo logres? Nadie te miró, nadie te acompañó, nadie te respondió. Esa falta de presencia docente es lo que está matando hoy a los chicos.

–Vos estás confiada en que este ejemplo que yo te estoy trayendo es imposible con este modelo nuevo.

–Absolutamente. Porque lo viví, lo hice. ¿Qué haces con los chicos que se estancan en un lugar? Les ponés el triple de atención. Cuando un chico se estanca en un nivel de aprendizaje es porque no está comprendiendo. Distinto es que estudie, memorice y apruebe, y el profe cree que está habilitado para pasar de nivel. Vamos a poner a disposición de ese estudiante todos los mecanismos que sean necesarios para que logre salir de esa situación de no aprendizaje. No vamos a mirar para el costado y hacer de cuenta que no pasa nada.

Miguel está confiada en los resultados de la reforma de la secundaria. Foto Guillermo Rodríguez AdamiMiguel está confiada en los resultados de la reforma de la secundaria. Foto Guillermo Rodríguez Adami–¿Y cómo se van a articular dentro del curso estos distintos niveles?

–Eso ya sucede hoy. Los profes ya tienen mucha cancha en grupos de procesos. Además, dentro del espacio áulico va a haber uno o dos o tres profes. Entonces, el ratio de docente por alumno también va a ser menor. Es todo más personalizado.

–Más que cambiar de modalidad, ¿no habría que cambiar los temas por otros que interpelen a los chicos cotidianamente? ¿Menos historia antigua europea y más finanzas personales?

–Eso el profe de matemática lo puede incorporar, tiene toda la libertad. Si yo al profesor le digo “Entrá al aula con un pizarrón y dictá todos los contenidos del diseño curricular», va a hacer eso. Pero si yo ahora le digo “Profe, no das más clase expositiva 45 minutos, ¿qué tema podés elegir para dar estos contenidos de matemática aplicada? ¿A la economía, al financiamiento?». El desafío de trabajar por proyectos con distintos profes es que se les van a ocurrir temas y maneras de abordar un contenido. El contenido es una excusa. Lo que tiene que pasar acá es que lo acerquemos al mundo de interés y de motivación del estudiante, que hoy el 33% no quiere ir a clase.

–Los chicos usan la inteligencia artificial para estudiar. ¿No hay una contradicción con la restricción del celular en el aula?

–No, porque nosotros no prohibimos el celular, lo regulamos. Y el profesor si quiere puede sacar el celular y hacer uso como una herramienta para aprender a preguntarle al chat o a cualquier inteligencia artificial. Eso está habilitado.

–Pero no pasa habitualmente, incluso en las escuelas más pro en su modalidad de enseñanza…

–Eso es porque la práctica docente es el hueso duro de roer en todo sistema. Por eso es hasta triste que hagamos el reduccionismo de si repite o no repite. Esto es mucho más profundo. Es un problema complejo que amerita soluciones complejas. Por eso Secundaria Aprende tiene una agenda de trabajo en desarrollo profesional y capacitación docente tan importante donde los vamos a convocar a soltar su práctica y a proponer nuevas. Vamos a hacerlos entrar a un aula modelo y a recrear la que queremos que tengan, les vamos a dar como ejercicio colgar otro pizarrón más… podés escribir las paredes, podés escribir las mesas, ¿qué haces? Desarmar el aula tal como la conocemos es lo complejo de Secundaria Aprende.

–¿Y cómo vas a motivar a los docentes? ¿Hay un incentivo económico?

–El incentivo lo estamos viendo en las pioneras, están fascinados con visualizar que hay una escuela posible que es la que ellos sueñan. Hay un montón de escuelas en la ciudad de Buenos Aires que ya están haciendo esta innovación en la ilegalidad absoluta, porque no había resolución. Va a cambiar la dinámica escolar. Hay una confianza y una motivación intrínseca porque no hay nada más lindo para un profe que ver que su estudiante está motivado.

–¿En cuánto tiempo ustedes creen que van a tener este modelo funcionando en todas las escuelas de la ciudad?

–Esperamos, paulatinamente, llegar al 100% de las escuelas en 2027.

La próxima reforma de la primaria

Detrás del escritorio de Mercedes Miguel, en una luminosa oficina del edificio del Ministerio Educación de la Ciudad en el Barrio 31, hay un cuadro enorme, lleno de dibujos, gráficos, datos y conceptos. En el medio, delineada, la ciudad de Buenos Aires. Y en letras grandes, una definición: “Ministerio de Aprendizaje”.

“Me apasiona el aprendizaje. Es por eso que mi mayor vocación y objetivo es que las chicas y los chicos puedan aprender y desarrollar su potencial, a través de enseñanzas significativas”, se define en su presentación en LinkedIn.

Por eso, la creación de Tamara Kostetsky, una arquitecta que se dedicaba a la facilitación gráfica y falleció recientemente de un linfoma. Cuenta Miguel que, en una actividad, Tamara tomó múltiples notas que tradujo en una obra artística que destaca a los docentes trabajando en equipo como «agentes de cambio», apunta a una «comunidad de aprendizaje», habla de una escuela abierta con aprendizaje, emociones y bienestar y pone en números el volumen del sistema educativo porteño: 745.000 alumnos, 2.700 escuelas y 96.000 docentes.

Miguel insiste en que se debe cambiar el cómo se aprende. Y por eso, remarca el rol central de los docentes para adaptarse al cambio de época y transitar con esos alumnos las nuevas demandas de un tiempo nuevo que ya no es futuro sino presente.

En línea con las metodologías ágiles que aplican como modalidad de trabajo en el ministerio los enormes ventanales que dan al río están escritos con fibrones y eso mismo es lo que, afirma la ministra, van a animar a hacer a los docentes con el plan Secundaria Aprende: escribir más allá de los pizarrones.

Mercedes Miguel, ministra de Educación de la Ciudad. Foto Guillermo Rodríguez AdamiMercedes Miguel, ministra de Educación de la Ciudad. Foto Guillermo Rodríguez AdamiDocente de inglés y licenciada en Periodismo y Comunicación, Miguel fue asesora de la Comisión de Educación de la Cámara de Diputados, directora de Planeamiento Educativo de la Ciudad y, durante toda la presidencia de Mauricio Macri, secretaria de Innovación Educativa de la Nación. También, desde 2019 lidera RiverDAR, un modelo de aprendizaje diseñado para deportistas de alto rendimiento que se implementa con el fútbol formativo de River.

La ministra adelanta que en los próximos días anunciarán otra reforma clave: la de la primaria, que como también había anticipado Clarín traerá cambios en la enseñanza de la lectoescritura.

“El 40% que egresa de secundaria con nivel más bajo en lengua, el 60% en el nivel más bajo en matemática es un problema que se arrastra de la primaria”, afirma, e insiste, “la repitencia no garantiza aprendizaje. Nos estamos enfocando en el aprendizaje efectivo y profundo, y eso se mide y se evalúa”.

Además de la primaria, están trabajando en el diseño de sala de cinco y sala de cuatro. “La secundaria es resultante de todo lo que viene atrás”, enfatiza.

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