En los últimos años circula un enorme caudal de información acerca de cómo cuidar la salud volviendo a lo simple y natural. En cuestiones de alimentación, por ejemplo, existe una gran toma de conciencia sobre los alimentos que ingerimos, ¿pero qué pasa con aquello que alimenta nuestra piel? En tiempos de repensar paradigmas, el de la cosmética también abre el juego a opciones más afines con la naturaleza, y las alternativas libres de artificios ganan terreno, convirtiéndose en una opción saludable y con grandes beneficios.
La milenaria medicina ayurvédica entendió hace tiempo la importancia de reflexionar sobre lo que absorbe nuestra piel —el órgano más extenso de nuestro cuerpo— y hay una máxima que recomienda no usar sobre ella nada que no comeríamos.
La piel, explica Yamila Bellsollá, médica ayurvédica y profesora de yoga, es un órgano que nos aísla pero no totalmente y es permeable a absorber los fármacos que contienen ciertas cremas. La especialista hace, en este sentido, un paralelismo con los ultraprocesados y plantea la cuestión de que si se trata de algo que podríamos digerir, ¿por qué lo pondríamos en la piel?
“El ayurveda es una medicina muy antigua, pero habla de simplificar lo que tiene que decodificar el cuerpo. Si se trata de un montón de químicos, algunos pasarán a la sangre, y no sabemos la toxicidad que tienen. En cambio, si uno pone un aceite de almendras o de coco, por ejemplo, es súper fácil para el cuerpo decodificarlo; sabemos que la piel puede absorberlo, del mismo modo que podríamos comerlo. El ayurveda siempre va a ir hacia lo natural: los alimentos, los espacios en los que estamos, lo que nos ponemos en la piel”, dice Bellsollá.
Eliana Caamaño, creadora de Eiwa Bienestar, señala que si bien no hay una definición universal de cosmética natural ya que no se ha unificado el concepto a nivel internacional dentro del marco legal, sí es posible afirmar que se trata de productos que se realizan con ingredientes amigables con el medioambiente, respetuosos del reino animal, de origen natural y sin tóxicos.
Cuenta que su línea fue motivada por una necesidad personal de resolver cuestiones asociadas a su piel sensible usando elementos cercanos, de su entorno. Así, los aceites y cremas que componen su marca son creados con materias primas de la Patagonia argentina, donde vive, que ella misma selecciona, recolecta y procesa.
Destaca que los beneficios de este tipo de cosmética van desde el cuidado del medio ambiente a la hora de procesarlos —ya que al ser naturales no hay desperdicio o este es rápidamente compostable— hasta la seguridad que da colocarlos sin que tengan efectos adversos. “Los compuestos químicos complejos derivados del petróleo que están en muchos productos cosméticos atraviesan las barreras cutáneas generando residuos tóxicos que en algún lugar se deben procesar, provocando problemas endógenos y exógenos”, advierte. En su lugar, la lavanda, la caléndula, la malva, la manzanilla, la salvia, la rosa mosqueta, las rosas, el romero, el tomillo y las naranjas, por ejemplo, tienen múltiples beneficios y son fácilmente digeribles por nuestra piel.
¿A qué necesidades responde este impulso de volver a lo natural? Emilce Mariano, creadora de Raíz Cosmética Consciente junto a su hermana Gabriela, habla de la importancia de generar productos compuestos por elementos naturales de origen vegetal, animal o mineral sin ingredientes sintéticos, y en los que las plantas que se utilizan para elaborarlos son cultivadas sin utilización de pesticidas, insecticidas ni herbicidas.
“La cosmética natural no emplea derivados del petróleo, no contiene conservantes como los parabenos y está libre de parafinas, siliconas y fragancias sintéticas. Por lo tanto, son más afines a nuestra piel, dado que las estructuras de las células del organismo vivo son similares; no tapan ni obstruyen los poros de la piel, por lo que se absorben mejor y la hidratación es más profunda. Además, estas sustancias estimulan la capacidad natural de la piel para regenerarse”, dice y explica que los ingredientes naturales contienen ácidos grasos muy similares a los de la piel, por lo que la regeneran, cuidan y protegen de una forma más eficaz, mientras que se adaptan mejor a cualquier tipo de piel sin generar irritación o alergias.
“A diferencia de los productos químicos, que suelen ser más agresivos, lo natural nutre de verdad, como un buen alimento”, explica. Le da a la piel vitaminas, antioxidantes y nutrientes que la ayudan a estar sana, equilibrada y con su brillo natural.
En este sentido, señala que los productos químicos y artificiales, a corto plazo pueden irritar la piel y resecarla, pero además, aunque parezca que funcionan rápido, los químicos dejan residuos que terminan afectando la salud de la piel y el cabello. “Lo que más preocupa es el efecto a largo plazo. Estos ingredientes pueden dañar la barrera natural de la piel, haciéndola más sensible y propensa a envejecer antes de tiempo. En el caso del cabello, el uso constante de siliconas y otros químicos genera una dependencia que impide que se nutra de forma natural. Al final, todo eso afecta la vitalidad y el equilibrio tanto de la piel como del pelo, y es difícil volver atrás”, apunta.
Las especialistas recomiendan algunos elementos ideales a la hora de pensar en un botiquín natural.
1. Aceite de jojoba:
“El aceite que se extrae de los frutos de este arbusto, a través de una prensa en frío, es una cera que actúa directamente contra el envejecimiento, hidrata las pieles secas y también contiene vitamina E, que actúa como antioxidante”, dice Emilce Mariano.
2. Lavanda:
Según la dueña de Eiwa, se trata de una planta ideal para quienes sufren dolores de cabeza, ya que su aroma propicia la relajación. Es muy buena también para tratar quemaduras, picaduras o golpes, ya que es antiinflamatoria y antiséptica, además de relajante.
3. Manzanilla:
Calma, refresca, descongestiona y es ideal para pieles sensibles. Se puede usar en niños y tiene diversas posibilidades, además de las clásicas infusiones que se toman en té, según explica Caamaño: el hidrolato se puede usar como gota oftálmica, su macerado sirve para fórmulas de crema, jabón o shampoo para pieles sensibles y aclarante. Además, con un paño embebido de su infusión tibia y colocado en la zona del útero, ayuda a descongestionar y aflojar el útero, y en vapores y duchas vaginales ayuda a tratar la cándida.
4. Hipericum:
“Esta planta mágica se ve amarilla, pero está lista para ser medicina cuando la tocás y los dedos te quedan rojos”, dice Eliana Caamaño. Explica que su tintura es muy eficaz para estados de decaimiento anímico y es muy utilizada por las madres en etapa de puerperio. En aceite es muy eficaz para curar heridas, golpes, dolores y para tratar los pezones agrietados en época de lactancia.
5. Rosa Mosqueta:
Se trata de una aliada ideal para cicatrizar o mejorar cicatrices viejas. Por su alto contenido en vitamina A es ideal para regenerar tejidos y por su cantidad de vitamina C es buena en infusiones, según Eliana Caamaño. Emilce Mariano, por su parte, dice de esta planta: “La Rosa Mosqueta retrasa los signos de envejecimiento prematuro y las arrugas: esto se debe a la cantidad de antioxidantes y vitaminas como la C y la A, que contiene, y que producen colágeno, responsable de la firmeza y elasticidad de la piel”.
6. Aceite de coco:
Se trata de un excelente limpiador y antibacteriano, por lo que su uso es ideal en productos bucales, desodorantes y shampoo, según la creadora de Raíz.
“Cuanto más aprendo sobre cosmética natural, más me doy cuenta de que menos es más: nuestro cuerpo es perfecto y regula sus necesidades, y cuántos más productos colocamos sin un acompañamiento idóneo, más desregulamos. A cualquier persona que quiera estar saludable le diría que debe observar todas sus prácticas cotidianas además de la cosmética, desde la alimentación hasta el ejercicio y el descanso, y luego hacer una evaluación de su tipo de piel para acompañar con los activos más apropiados según la necesidad. Entendernos como seres únicos e irrepetibles es la fórmula, por eso precisamos ir de adentro hacia afuera para encontrar lo más apropiado”, afirma Caamaño.
Como conclusión, Emilce Mariano recomienda a quienes estén pensando en cuidar su piel y su pelo de manera natural, empezar con cosas simples y efectivas: elegir productos con ingredientes que realmente nutran, como aceites naturales, aloe vera o manteca de karité. Además, señala la importancia de leer siempre las etiquetas y evitar los químicos como sulfatos o parabenos. “No necesitás una rutina complicada, con un buen limpiador, un hidratante natural y un aceite para el pelo, ya tienes lo básico. Y muy importante, escuchar lo que tu piel y tu pelo necesitan, no todos reaccionamos igual”, dice, y subraya la importancia de tener constancia, porque lo natural requiere tiempo, pero los resultados son más duraderos y respetuosos.
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