La búsqueda de alimentos que beneficien la salud, no solo desde el interior, sino también en el cuidado de la piel, puede llevarnos a descubrir opciones menos conocidas, como el durazno. Esta fruta posee una combinación de nutrientes que no solo mejoran el bienestar general, sino que también ayudan a disminuir los efectos de las quemaduras solares y el malestar asociado.
El durazno es rico en vitaminas esenciales como la A y la C, además de contener minerales como potasio, calcio y magnesio. Según la Federación Española de Nutrición (FEN), esta fruta también es una fuente de betacaroteno, un antioxidante que contribuye al cuidado de la piel y puede ayudar a mitigar los daños producidos por la exposición al sol. Su contenido en fibra, aunque menor, también favorece la digestión y el tránsito intestinal.
El betacaroteno que contiene el durazno se convierte en vitamina A dentro del organismo, lo que contribuye a reparar los tejidos dañados de la piel y a fortalecerla frente a agresiones externas. Este compuesto también reduce los efectos de las quemaduras solares, aliviando el enrojecimiento y el dolor asociados. Su contenido en vitamina C potencia la producción de colágeno, ayudando a mantener una piel más saludable y protegida.
Además de su impacto positivo en la piel, el durazno destaca por su capacidad para mejorar la salud digestiva gracias a su aporte de fibra y agua, ayudando a combatir el estreñimiento. Su bajo contenido calórico lo convierte en una excelente opción para quienes buscan mantener o reducir su peso corporal. Asimismo, el potasio que aporta es beneficioso para personas con tratamientos diuréticos o que sufren dolores musculares por deficiencia de este mineral.
Autor: Laura Guevara.