El hormigueo y el entumecimiento en las manos, o en las piernas en algunos casos, es algo bastante común. Principalmente, al momento de dormir y es por eso que hay algunas explicaciones médicas que se explican en los nervios y la relación con el cerebro.
Según el análisis del doctor Loris Pegoli, especialista en Cirugía de la Mano, en el Gruppo San Donato, la sensación de “hormigas” y de un entumecimiento nocturno incómodo se puede dar en una o ambas manos o solamente en los dedos. Una de las principales señales de este suceso es una compresión de los nervios, que son las estructuras encargadas de transmitir la información sensorial y motora al cerebro y viceversa.
Esta complicación con el sistema nervioso se puede dar por distintas causas como hernias cervicales, quistes sinoviales que pueden aparecer alrededor de la mano, posturas que no son las ideales, esfuerzos físicos intensos o el síndrome del túnel carpiano, en el cual los dedos pulgar, índice y corazón pierden considerablemente la sensibilidad.
En lo que respecta a los motivos por los que ocurre por la noche, el médico sostuvo que en realidad se agrava al momento de dormir porque hay una total quietud y se produce así una estasis de líquido que comprime más el nervio y termia afectando a los músculos en un caso más extremo.
Esta afección puede ocurrirle a cualquier persona, pero son más propensos a padecerlo aquellos que sobrecargan mucho las manos en sus jornadas laborales y también las mujeres mayores de 40 años, por motivos que aún no se conocen con total precisión.
Para prevenirlo no hay una ciencia cierta, pero si hay recomendaciones y tips a tener en cuenta para que, en el peor de los casos, no resulte tan incómodo:
Si los síntomas persisten en forma continua pese a los intentos por contrarrestarlos, lo recomendable es visitar a un médico para realizar un estudio específico que evalúe el motivo central por el que sucede.
Mediante una electromiografía, que proporcionará un diagnóstico definitivo y medirá el posible grado de afectación del nervio o nervio por la conducción nerviosa y la actividad muscular, el panorama será mucho más claro y podrían derivarse terapias puntuales. Como el uso de muñequeras especializadas, de fármacos neurotróficos o de sesiones fisioterapéuticas