La noticia del viernes sobre que el grupo “Los Grobo” no podrá pagar parte de sus vencimientos de deuda entre diciembre y marzo próximo por unos 10 millones de dólares (un posible default) tomó por sorpresa al mercado financiero local y al sector agropecuario.
¿Primeras noticias negativas para el Gobierno?
Que el grupo “Los Grobo” no podrá pagar parte de sus vencimientos de deuda es la primer noticia financiera negativa que recibió, hasta ahora, el Gobierno del presidente de la Nación, Javier Milei. Por ello, el ministro de Economía, Luis Caputo, y el titular del BCRA, Santiago Bausilli, deberán estar atentos para frenar el posible efecto contagio que ese incumplimiento de pago podría generar, ya que podría arrastrar a varias empresas y fondos de inversión relacionados con la industria agropecuaria.
La fuerte caída del precio internacional de la soja, que en un año perdió más de la mitad de su valor, mete presión al sistema de tipo de cambio fijo, que necesita un ingreso constante de dólares para mantener la paridad cambiaria en el mercado oficial.
La soja pasó de estar por encima de los 600 dólares la tonelada a principios de 2023 a ubicarse por debajo de los 300 dólares esta semana.
Desde el viernes pasado, los grandes del sector empezaron a sentir el golpe cuando se supo que Los Grobo no pudo afrontar un vencimiento de apenas 100 mil dólares, como informó a la Comisión Nacional de Valores.
Más grave aún fue la caída de su controlada Agrofina. Entre ambas compañías suman deudas en default por 10 millones de dólares, y anteriormente había caído su controlada Los Surcos.
Los dólares nunca alcanzan, el gran problema de la economía argentina
El gran problema de la economía argentina, hasta que asumió Milei, fue que los dólares nunca fueron suficientes y el Estado siempre tuvo que asistir a las empresas.
Actualmente, existen solo cuatro canales principales para el ingreso de dólares a la economía local: las exportaciones (la vía “genuina”), el financiamiento externo (por ejemplo, préstamos del FMI), las inversiones (donde el Gobierno apuesta fuerte con el Régimen de Incentivo a las Grandes Inversiones, RIGI), y el turismo receptivo.
Los números del equipo económico proyectan inversiones por unos 50.000 millones de dólares para los próximos tres años.
Cuando el ingreso de dólares no alcanzaba para mantener la paridad cambiaria, los gobiernos argentinos recurrían a una fuerte devaluación del peso para evitar el llamado retraso cambiario.
Sin embargo, con el esquema actual de triple ancla fiscal, monetaria y cambiaria, junto a una macroeconomía ordenada, el Gobierno de Milei cuenta con ventajas.
Los gobiernos anteriores se vieron obligados a devaluar el peso por no haber implementado una fuerte reducción del gasto público, algo que Milei sí realizó para lograr un superávit fiscal, y por no haber eliminado el déficit cuasifiscal del BCRA, que Milei redujo a cero, algo inédito en la Argentina.
El BCRA, por el momento, no parece tener en mente una fuerte devaluación del peso. Sin embargo, si el Gobierno no reduce las retenciones al sector agroexportador, este podría no liquidar todos los dólares de la nueva cosecha el próximo año, a pesar de que las proyecciones privadas indican un aumento en la cantidad de dólares a liquidar respecto a la campaña anterior, que estuvo afectada por la sequía.
La semana pasada, Milei, en declaraciones a la revista Forbes y en una entrevista radial con Alejandro Fantino en Neura, fue contundente al negar que exista un atraso cambiario que obligue al BCRA a devaluar el peso frente al dólar, como ocurrió en años recientes.
En relación al dólar atrasado, Milei descartó que sea una “anomalía” el hecho de que muchos argentinos puedan ir de vacaciones a Brasil este verano debido al dólar barato.
“La anomalía fueron los últimos 20 años de la Argentina. Hay una discusión subyacente sobre si el tipo de cambio está atrasado o no”, expresó.
“En 2002 no se iba nadie de vacaciones. Teníamos un superávit de cuenta corriente, que alcanzó un pico de 16 puntos del PBI, luego fue de 8, y entraban dólares por todas partes”, explicó.
Y agregó: “La pregunta es si estábamos bien, porque ese fue uno de los peores momentos de la historia argentina. Cuando haces las cosas mal, tu moneda se deprecia. La contracara es que destruyes los salarios reales”.
Milei negó que haya atraso cambiario
Asimismo, Milei negó que haya atraso cambiario, como sostienen algunos economistas, entre ellos Juan Carlos De Pablo y Domingo Cavallo: “Un indicador de atraso cambiario es tener tipo de cambio fijo y pérdida de reservas. Sin embargo, Argentina compró cerca de 25.000 millones de dólares el último año”.
Además, señaló que “otro indicador sería cubrir el atraso con endeudamiento, pero Argentina canceló deuda por 35.000 millones de dólares en el último año”.
Por último, afirmó: “Es absurdo sostener el dólar subiendo la tasa de interés. Recibimos la economía con una tasa del 235% y hoy es del 35%. No existen los mecanismos tradicionales que generen apreciación cambiaria”.
De este modo, Milei explicó que, si se cumplen tres metas clave, el cepo podría levantarse.
Por su parte, Caputo y Bausilli deberán estar atentos al comportamiento del mercado oficial de cambios, los paralelos financieros y a factores externos, como la devaluación del real en Brasil, que ha superado el 25% en el año.
El valor del dólar en Brasil alcanzó un récord de 6,21 reales por dólar el viernes, y el Banco Central de Brasil ya lleva perdidos unos 25.000 millones de dólares en reservas para contener la devaluación.
Por otro lado, en Argentina, el dólar paralelo subió a 1.215 pesos, con una brecha del 17,8% respecto al mayorista, mientras que las reservas internacionales disminuyeron 1.342 millones de dólares (-4,1%) durante la semana.
En este contexto, los operadores del mercado financiero local y de Wall Street estarán atentos al inicio de enero, cuando se espera mayor volatilidad.