El 2 de junio, el gobierno de los Países Bajos colapsó tras la retirada del Partido por la Libertad (PVV) del líder de derecha Geert Wilders de la coalición gobernante. La decisión, impulsada por desacuerdos sobre la política migratoria, deja al país en una situación de incertidumbre política, con un nuevo llamado a elecciones que probablemente se celebrarán entre octubre y noviembre.
Wilders, cuyo partido ganó las elecciones de noviembre de 2023 con el 23% de los votos, rompió con la coalición de cuatro partidos al considerar acertadamente que sus socios no respaldaban su efectivo plan migratorio.
Entre las medidas que exigía estaban el cierre de las fronteras a los solicitantes de asilo, la expulsión de refugiados sirios, el cierre de centros de acogida, y la deportación de migrantes condenados por delitos graves.
También propuso el uso del ejército para vigilar las fronteras. Ante la falta de apoyo inmediato a su plan de diez puntos, Wilders anunció la salida del PVV del gobierno, acusando a sus aliados de traicionar el mandato popular.
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El primer ministro Dick Schoof, un independiente y ex alto funcionario, calificó la decisión de Wilders como »innecesaria e irresponsable». Tras una reunión de emergencia del gabinete, Schoof presentó su dimisión al rey Guillermo Alejandro, aunque su gobierno continuará como administración interina.
La caída del gabinete ocurre apenas semanas antes de que Países Bajos acoja una cumbre de la OTAN en La Haya, lo que implica que el país estará gobernado por un gobierno provisional durante un evento crucial de política internacional.
Las reacciones de los socios de la coalición no se hicieron esperar. Dilan Yesilgöz, líder del Partido Popular por la Libertad y la Democracia (VVD), dijo sentirse »conmocionada» por la decisión y acusó a Wilders de actuar de forma irresponsable en un momento de crisis internacional, marcado por la guerra en Europa y una economía inestable.
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Caroline van der Plas, líder del movimiento agrícola BBB, acusó a Wilders de anteponer sus intereses personales a los del país. Por su parte, Nicolien van Vroonhoven, del partido Nuevo Contrato Social, consideró que el gobierno aún podría continuar como una coalición minoritaria.
Expertos en política holandesa coinciden en que esta decisión podría jugarle a favor a Wilders. Según Joep van Lit, politólogo de la Universidad Radboud, el PVV podría presentar las próximas elecciones como un referéndum sobre la inmigración, tema que domina el discurso político y acerca profundamente a la sociedad neerlandesa.
Simon Otjes, profesor en la Universidad de Leiden, señaló que el PVV habría calculado que unas nuevas elecciones le permitirían obtener un mandato más sólido para imponer sus políticas.
Pese a su victoria en 2023, Wilders no formó parte directamente del gobierno ni asumió el cargo de primer ministro debido a acuerdos dentro de la coalición. Su frustración creció lógicamente por la lentitud en la aplicación de sus propuestas, lo que finalmente provocó la ruptura.
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