Jorge Capitanich reapareció públicamente tras la derrota del 11 de mayo, encabezando una reunión del Consejo Provincial del Partido Justicialista, en la que cuestionó las políticas de los gobiernos nacional y provincial, y reiteró su llamado a cerrar filas dentro del peronismo. Sin embargo, la respuesta interna no tardó en llegar: los sectores emergentes del justicialismo chaqueño lo escuchan, pero ya no lo siguen.
“Construir consensos con otros espacios políticos para afrontar la crisis social y económica que vive el país”, pidió Capitanich ante los miembros del consejo. Acompañado por dirigentes históricos del PJ, el exgobernador de Chaco y diputado nacional electo propuso trabajar en una agenda común, pero puertas afuera, la resistencia interna a su liderazgo empieza a tomar forma.
El espacio Primero Chaco, que emergió como tercera fuerza en las últimas legislativas provinciales, reunió a militantes y dirigentes para debatir su propia estrategia electoral, bajo una consigna que suena con fuerza: “unidad sí, pero con renovación”.
“La unidad tiene que construirse con nuevas voces y desde las bases. Hay que tomar definiciones con las bases, no entre cuatro paredes”, afirmó Magda Ayala, intendente de Barranqueras y lider del nuevo espacio, acompañada por Atlanto Honcheruk, diputado provincial y exintendente de Villa Berthet. Juntos conformaron un frente que canaliza el descontento dentro del justicialismo, sumando a intendentes y legisladores críticos del exgobernador.
El peronismo chaqueño atraviesa una encrucijada. Con un oficialismo provincial fortalecido tras su alianza con La Libertad Avanza, y luego de un revés electoral que dejó a Capitanich más de 10 puntos por debajo de Leandro Zdero, las tensiones internas podrían definir no solo la estrategia de cara a octubre, sino también el el liderazgo partidario, en un PJ que deberá renovar sus autoridades antes de fin de año.