Una situación cotidiana derivó en un conflicto judicial en Cipolletti, cuando un trabajador fue despedido por tomar mate durante la pandemia, y la Justicia provincial consideró que la decisión fue desmedida. El fallo ordenó a la empresa a pagarle una indemnización de más de 207 mil pesos, al considerar que el despido no respetó el principio de progresividad exigido por la normativa laboral.
Los hechos en plena Pandemia
El episodio tuvo lugar en julio de 2020, en el contexto de las restricciones sanitarias más estrictas por COVID-19. El trabajador, repartidor desde 2017 en una panadería de Cipolletti, fue filmado por su empleador mientras tomaba mate en el sector de elaboración. El video mostraba cómo compartía la infusión con un compañero y apoyaba el recipiente sobre una superficie de trabajo.
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La empresa argumentó que, dada la situación sanitaria, el mate compartido podía constituir un riesgo de contagio por el flujo de saliva y restos de yerba en áreas de manipulación de alimentos. El despido se concretó verbalmente el 7 de octubre, y luego se formalizó mediante carta documento.
La costumbre del mate y la falta de sanciones previas
Durante el juicio, se probó que tomar mate era una práctica habitual dentro del comercio, tanto entre empleados como por parte del propio dueño. Además, el trabajador no tenía antecedentes disciplinarios, ni había recibido advertencias por su conducta. El tribunal señaló que la empresa no agotó las instancias previas que prevé la ley antes de llegar al despido, como llamados de atención o suspensiones.
Según el fallo, la medida fue desproporcionada, ya que no se respetó la exigencia de aplicar sanciones graduales ni se consideraron las circunstancias culturales y contextuales del hecho.
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Indemnización completa y certificados laborales
La sentencia concluyó que el despido fue sin causa justificada. Como consecuencia, la empresa deberá pagar una indemnización completa, que incluye los conceptos de antigüedad, preaviso, vacaciones no gozadas, sueldos proporcionales y el salario del mes en curso, por un total de $207.632,91.
Además, la panadería fue obligada a entregar los certificados laborales correspondientes, fundamentales para que el trabajador pueda reinsertarse en el mercado formal.