Los manuscritos de los cuadernos de las coimas pertenecen “al puño y letra de Oscar Centeno”, explica la pericia de Gendarmería Nacional que ingresó al Tribunal Oral Federal 7 (TOF 7), que el 6 de noviembre iniciará el juicio contra Cristina Kirchner y más de un centenar de acusados de ser parte de un circuito de sobornos. Los peritos hicieron un exhaustivo detalle sobre la escritura del ex chofer: trazos, palabras clave, modo de iniciar y concluir frases: formas “peculiares”, “escritura ágil”, “la forma de escribir el signo pesos”.
En los Cuadernos de las Coimas se dio por corroborada la existencia de una «asociación ilícita que desarrolló sus actividades aproximadamente desde principios del año 2003 hasta noviembre del año 2015, y cuya finalidad fue organizar un sistema de recaudación de fondos para recibir dinero ilegal con el fin de enriquecerse ilegalmente y de utilizar parte de esos fondos en la comisión de otros delitos, todo ello aprovechando su posición como funcionarios del Poder Ejecutivo Nacional».
Para la justicia federal, dicha asociación ilícita fue comandada por «Néstor y Cristina Kirchner» en su rol de presidentes de la Nación. Y que el dinero era «entregado alternativamente a los titulares del Poder Ejecutivo o sus secretarios privados en Uruguay 1306, en la Residencia Presidencial de Olivos o en la Casa de Gobierno; parte de este dinero fue redistribuido o se realizaron pagos para otros funcionarios públicos».
Respecto al rol del ex chofer Oscar Centeno, pese a sus reiterados pedidos para ser sobreseído, irá a juicio oral acusado como miembro de la organización delictiva. Fue el primer imputado colaborador en esta causa y los cuadernos que escribió fueron el puntapié inicial de la investigación que derivó en una extensa lista de medidas de prueba impulsadas.
Inicialmente al expediente se incorporaron copias digitales de ocho cuadernos, en su mayoría de marca Gloria. Con la causa ya elevada a juicio oral, aparecieron los ejemplares originales -Centeno había dicho que fueron quemados en la parrilla de su casa-, y sobre todo el material el TOF 7 ordenó una pericia.
En primer lugar, y uno de los puntos más relevantes a determinar para los peritos, fue la correspondencia entre los manuscritos originales y las copias digitalizadas que dieron origen a la investigación.
“Existe correspondencia entre los cuadernos originales identificados como 1,2,4, 6, 7 y 8 y sus respectivas copias digitales”, concluyeron los peritos de Gendarmería Nacional.
A ese concepto añadieron otro: “Se concluye que de las características de las escrituras de los cuadernos digitales, se corresponden morfológicamente con las grafías de Oscar Centeno”.
Al analizar el tipo de escritura del ex chofer de Roberto Baratta y detallar aquellos elementos de los que se valieron para determinar que fue el autor de los cuadernos, los peritos observaron una importante cantidad de detalles.
¿Cómo escribía Centeno?
La pericia explica que se estudiaron elementos que expresaban “conductas gráficas del escritor,y para ello existen dos clases generales de ejemplares indúbitos. El primero incluye los escritos del curso rutinario en los que no habría fundamentos de disturbios en los automatismos de la escritura usual”, es decir la escritura habitual.
El segundo son aquellos preparados a pedido para la realización de la pericia, lo que se denomina “cuerpo de escritura”, en los cuales “sus habilidades podrían verse afectadas por el nerviosismo, miedo y otros factores”. Pero que eso no altera el estudio, sino que los obliga a prestar mayor atención.
Los manuscritos del señor Centeno -dice la pericia- “fueron ejecutados de manera libre y espontánea, se suceden con movimientos ágiles y veloces, permitiendo revelar aspectos gráficos incorporados en su haber escritural”.
El estilo caligráfico elegido por el ex chofer para las anotaciones donde constaban direcciones, entregas de dinero, horarios y personas involucradas, “es el cursivo aunque no ajustado a las normas ya que intercala letras imprenta como la “s” o mayúsculas además de los espacios, enlaces y movimientos que conducen a la vinculaciones muy peculiares”.
¿Cómo utilizaba los espacios en las hojas Centeno? Los especialistas dijeron que en el plano gráfico “se destaca la ocupación de los márgenes laterales y el reducido margen superior cuando el soporte no presenta el pautado”.
Además añadieron la “distribución de los espacios entre palabras, claridad entre cada fin y comienzo de trazo”.
La escritura en general muestra una caída con “tendencia a la derecha, la línea de escritura en serpentina, aun cuando el renglón marque la base”.
Letras y signos
En los escritos se estudió la dinámica de la escritura, por ejemplo: los puntos de las “i” que “se proyectan hacia el ataque de la letra contigua; el barral descendente de la “t” adquiriendo curvatura convexa determinante para permitir la continuidad del barral; la extensión del final de la letra sobre la línea base como enlace,como en la “e” y “d”.
Sobre los diferentes diseños de la escritura, se indicó que en líneas generales “resultan peculiares”. A modo de ejemplo se citó la “s” en modo cursivo o imprenta; la “r” con meseta o en forma de pico; la “o” como simple óvalo con remate acerado a la izquierda o con un bucle superior que sirve de vinculación, y el “8” ya sea en un único tiempo escritural o a través de la confección de dos óvalos.
También dan cuenta de la individualidad gráfica los “pequeños gestos ejecutados con naturalidad, sin una intervención consciente en los escritos que se hacen; dentro de estas singularidades encontramos la separación de las “comas” y “punto y coma” y las palabras casi a suerte de ser consideradas un vocablo”.
Palabras clave
Con una definición del tipo de escritura, estudiaron ciertas palabras, como ser “Ministerio”, “domicilio”, “Lic Baratta”. En ellas encontraron los peritos “una importante cantidad de elementos comunes de entidad identificatoria, que no dejan dudas de la intervención de una misma mano en el trazado de las grafías comparadas”.
La separación silábica, inclusive con sus variantes, que se debe a los distintos modismos “que el autor dispone sin alterarse en absoluto la continuidad y espontaneidad del movimiento; la altura del ataque de la “l” y rectitud con que inicia el perfil; la “i” que en algunos casos al provenir de una “c”, o “l”, se desarrolla como un trazo descendente recto”, se volcó en el estudio.
Otros elementos concordantes y espontáneos son los signos accesorios y ortográficos. Se destaca, en primer lugar, “la ubicación de la coma o punto y coma, cuya disposición guarda proporción con la distancia entre las palabras”.
La escritura del signo pesos fue reveladora: “la forma particular del signo monetario “$”, compuesto por la letra “S” atravesado por dos barras oblicuas, paralelas, inclinadas hacia la derecha, y, en ocasiones, enlazadas, aún no siempre este gesto se materializa completamente”.
Se dijo que hay “cohesión” en la escritura de Oscar Centeno, que la misma representaba “una característica” que se coloca como “una de las particularidades gráficas, de aparición menos frecuente pero presentes en los escritos dubitados: se trata del trazo final de algunas letras, que se extiende horizontalmente sobre la línea base, desciende levemente en su recorrido y luego se repliega con rapidez, generando un pequeño retorno gráfico”.
Las palabras no atribuidas a Centeno
Hubo una serie de anotaciones que fue dificultoso atribuirlas a Centeno. Se trata de los cuadernos que se consideraron alterados.
“Si bien se identifica la personalidad gráfica de Centeno en los manuscritos que completan los cuadernos físicos, identificados como Block Convenor Nº 1; Gloria Nº 2; América Nos (gris y azul) Nº 4; Machu Picchu. (Nº 6); “Rivadavia. (Nº 7) estilo tapa dura y “Gloria” – Saluda a la bandera. (Nº 8), no obstante en estos últimos, existen grafías tales como: “Ing. Ferreyra” (02/12/2008); “Armando” (29/08/2013); “Armando” (10/09/2013); “Alem 855” (25/7/2013) y “Alem 855” (10/9/2013)””, los peritos entendieron que “no ofrecen la cantidad y calidad de características para permitir la determinación de su autoría”.
La dificultad para la identificación tiene que ver con la “falta de espontaneidad con la que se producen en los escritos agregados, sobreescritos, etc, donde el impulso neuromotor es controlado por la voluntad”.
El proceso de agregado en un espacio reducido, ya sea para cambiar o aclarar una palabra o cifra numérica, o de sobrescribir algo preexistente, “requiere de una atención consciente no sólo sobre el mensaje a rediseñar, sino también sobre el movimiento neuromotor de la escritura, y en ese proceso a menudo se pierde la espontaneidad como nexo causal entre el escritor y la escritura”.
Por ese motivo, concluyeron, en esas anotaciones “no se identifican características automatizadas que permitan identificar la autoría de las grafías”.