En las casonas y mansiones de Barrio Parque que dan a las vías suele haber jardines con piletas. Una reposera fue la que utilizaron como escalera los ladrones que robaron en la casa de Ana Carolina «Pampita» Ardohain (47). Intentaron acceder por el primer piso, pero no pudieron y rompieron, probablemente con una barreta, el vidrio doble de una amplia ventana del living comedor.
Una vecina dijo haber escuchado el ruido, pero no hizo la denuncia ni alertó a nadie porque no volvió a oír nada extraño.
Fueron seis horas dentro de propiedad, en Juez Tedín al 2900, una zona fuertemente custodiada. Del lado del ferrocarril ya hace mucho tiempo que no hay vigilancia de la Policía Federal. Del lado de la calle, a 20 metros, en la esquina, no había ningún policía de la Ciudad en la garita.
Eran casi las diez de la noche del viernes cuando el grupo de ladrones llegó en al menos un auto, un Volkswagen Suran, con la patente truca. Saltaron para las vías y desde allí irrumpieron en el chalé que alquila la modelo, en un barrio exclusivo para ricos y famosos, trepando por el tapial.
La casona tenía cámaras de seguridad, que registró cómo siete delincuentes se movían a sus anchas por los ambientes, buscando objetos de valor. No les quedó un cajón por revolver ni un sobre por revisar, por si había dinero.
Algunos tenían el rostro cubierto por gorras o capuchas. Otros no. Eran jóvenes. «Los videos son indignantes, obscenos. Son profesionales de lo ilícito. Se nota que es un grupo comando, una banda», sostuvo el abogado Fernando Burlando, que representa a la modelo y conoce el barrio: vive a una cuadra.
La última persona que había estado en la casa era la empleada doméstica de Ardohain, de total confianza suya, el mismo viernes. Se fue a las siete de la tarde y cerró con llave.
«Pampita» se había ido de la Argentina el lunes 15. El domingo, a las 18, llegó exhausta de un viaje a Madrid. Apenas entró, se topó con una imagen que solo pueden entender quienes fueron víctimas de un hecho así: los muebles corridos de sus lugares, los cajones abiertos, la escalera y el piso rotos. Esto último tiene una explicación: por allí los ladrones bajaron rodando la caja fuerte, que estaba en la habitación de la modelo.
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Habló Pampita tras el robo
«Era una caja fuerte antigua, voluminosa, muy pesada», precisó Burlando. Calculan que es de más de 300 kilos y de 1,80 metros de altura.
Los asaltantes la cargaron en la Suran tras salir por el frente de la propiedad y escaparon. Eran las cuatro de la madrugada del sábado.
Por la mañana, un trabajador de Aysa caminaba por las calles Córdoba y Lafuente, en Gerli, partido de Avellaneda, cuando la encontró tirada en la vereda.
Habló con su cuñado, Gastón, empleado de ferrocarriles, quien el lunes vio a la noticia en los canales de TV y le avisó a su amigo streamer «La Tía Sebi» (Sebastián Manzoni), que les hizo de puente para encontrarse con Burlando y entregarle los cuatro celulares (tres Samsung y un iPhone) y la documentación hallada.
Lo extraño es que la caja fuerte desapareció. Cuando fue la Policía, ya no estaba. Una de las sospechas es que la agarraron para venderla como metal.
Qué se robaron de la casona de «Pampita»
Según pudo averiguar Clarín, entre lo robado había anillos, aritos, anteojos, carteras de marca, relojes Cartier, permisos de viajes, partidas de nacimiento, pasaportes y celulares. También dinero, pero eso es lo que menos le importaba a «Pampita».
Ella solo quería recuperar los celulares, porque ahí tenía fotos y recuerdos de Blanca Vicuña, su hija de seis años fallecida en 2012. Como este material no se puede bajar de los teléfonos, los atesoraba allí.
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Pampita Ardohain se quebró al contar que encontraron los teléfonos robados
El caso fue caratulado como «robo agravado por cometerse con efracción«. Es decir, cuando se apela a la violencia para irrumpir en un domicilio, rompiendo una puerta o una ventana, por ejemplo.
Lo investigan la Policía de la Ciudad y la Fiscalía Nacional en lo Criminal y Correccional N° 48, a cargo de Eduardo Rosende. Por ahora, sin nadie detenido.
EMJ