Una joven abortera murió en una clínica clandestina y el médico se dió a la fuga.

Una joven perdió la vida el pasado viernes tras someterse a un abortoen un consultorio clandestino en la colonia Fovissste, en San Luis Potosí. La Fiscalía General del Estado confirmó que el lugar no contaba con autorización para operar.

Según la fiscal Manuela García Cázares, la víctima tenía más de 12 semanas de gestación, una etapa que requiere estricta atención médica especializada. Sin embargo, el médico responsable del procedimiento huyó del lugar.

La necropsia  reveló que aún había restos del feto y la placenta dentro del útero, lo que habría causado una complicación fatal.

El caso ya se encuentra en manos de la justicia; la asistente fue judicializada este lunes, mientras el doctor continúa prófugo.

¿Aborto legal? Una tragedia que muestra otra realidad

Aunque el aborto fue legalizado en San Luis Potosí hace más de cinco meses, esta tragedia pone en evidencia que legalizar no significa necesariamente proteger. Lejos de prevenir muertes, la normalización del aborto ha generado un falso sentido de seguridad que orilla a muchas mujeres a clínicas clandestinas.

También la ausencia de políticas que promuevan la vida y acompañen a las mujeres en situación vulnerable, y el peligro inherente de convertir al aborto en una “solución” de rutina.

También la ausencia de políticas que promuevan la vida y acompañen a las mujeres en situación vulnerable, y el peligro inherente de convertir al aborto  en una “solución” de rutina.

El aborto no es una política de cuidado. No salva vidas, más bien las termina. Y en este caso, se llevó dos.

Desde 2023, 19 de los 32 estados de la república mexicana han despenalizado el aborto hasta las 12 semanas de gestación. El último estado en despenalizar el aborto fue Chiapas, al sur del país.

En lugar de facilitar el aborto, el Estado debería ofrecer verdaderas opciones de vida y un apoyo pertinente a las nuevas madres.