El viernes la asamblea partidaria del PRO bonaerense fue muy breve. Cristian Ritondo y Néstor Grindetti, amigos y socios políticos en Independiente, fueron de las pocas voces que se escucharon. Breves. Fue un paso formal apenas: habilitar al partido amarillo a que pueda realizar un frente. No se mencionó, en la resolución partidaria, a La Libertad Avanza. Tampoco a la UCR, ni a los partidos vecinales, ni a la Coalición Cívica, ni al PJ.
Tras el encuentro, Ritondo se apuró a plantear que iban a armar un frente “contra el populismo”. El jefe del bloque del PRO en Diputados, que preside el partido en la Provincia, es junto con Diego Santilli y el intendente de Mar del Plata, Guillermo Montenegro, el artífice del acuerdo que ya está casi cocinado con LLA.
Pero esta estrategia choca de plano con otros planteos que vienen realizando varios intendentes amarillos. En primer lugar, que se abra ese acuerdo a la UCR bonaerense, que comanda el senador Maximiliano Abad. Que también se abra a partidos vecinalistas. En este punto el intendente de Junín, Pablo Petrecca, viene dialogando seguido con su par de Chivilcoy, Guillermo Britos, quien juega con el vecinalismo y elige con quién aliarse en cada contienda, por nombrar un caso concreto.
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Y en tercer lugar, acaso lo más importante: se niegan a que el amarillo desaparezca de la boleta al igual que el nombre PRO. Es que los libertarios ya plantearon que la lista debía ser violeta y que el acuerdo implicaba el nombre Frente La Libertad Avanza.
Sin ser afiliado al PRO, pero como histórico aliado, el exintendente de San Nicolás Manuel Passaglia sintetizó claramente lo que piensan muchos dirigentes amarillos. Cuando salió la noticia de la luz verde al acuerdo con LLA, tuiteó: “Te lo dije. No es un acuerdo: es sometimiento”.
Passaglia armó, junto a su hermano Santiago, el intendente y referente de la segunda sección electoral, la agrupación Hechos, donde competirán el 7 de septiembre.
Sus palabras podrían ser tomadas al pie de la letra por Soledad Martínez, la intendenta de Vicente López y vice del PRO nacional, o por Sebastián Abella, intendente de Campana.
Del otro lado, Ritondo, ante varios cuestionamientos, les explica a quienes lo indagan que el PRO siempre fue en un frente. Recordó 2009 con Unión PRO, 2013 cuando directamente el partido fue detrás del Frente Renovador de Sergio Massa, o los años siguientes con Cambiemos y Juntos por el Cambio. Además, agregó que las experiencias de este año del PRO solo salieron mal: en la Ciudad y en Salta, por caso. Y que, como dice su amigo Santilli, “el mejor acuerdo es un mal acuerdo”. Si no, piensa, el PRO solo no llegaría ni a los dos dígitos.
Mauricio Macri navega entre los dos bandos. Quiere ver la “letra chica” del acuerdo antes de dar su veredicto. Lo mismo piensa Jorge Macri, aunque ya mandó a decir que apoya abrir el frente a otras fuerzas.